“Siempre planteo a mis alumnos la siguiente pregunta: ¿Existe la verdad?” Con esta simple pero enormemente reflexiva frase comenzaba una de las Cañas Políticas más vibrantes que se han podido disfrutar. Estas Cañas Políticas tuvieron lugar el 16 de diciembre en Valencia, presentadas por Miguel Ángel Garcerá, colaborador activo de Principios Valencia, y con la participación de los catedráticos y miembros de la fundación Universitas, los profesores Aniceto Masferrer y Juan Alfredo Obarrio.
Tras las brillantes ponencias de J.A. Obarrio, con entradas como: “La especialización es la negación de la cultura” o “El amor por la lectura es esencial para un universitario”, y de A. Masferrer, con aportaciones como: “La educación no se presenta como una oportunidad de poder aprender, sino de poder trabajar” o “Se trata de despolitizar a la población”, pudimos escuchar brillantes intervenciones del público, la mayoría jóvenes estudiantes que se presentaron ansiosos por poder intervenir en un debate que les era tan cercano. Estudiantes que han sufrido la imposición ideológica de diversos signos políticos, que la están experimentando en su período universitario e incluso que en su esfuerzo por poder realizar ese intercambio de saberes tan enriquecedor, han encontrado escollos en su camino. Entre el público se hallaban varias docentes, y una de ellas afirmó rotundamente que la mayoría del profesorado no tiene vocación.
Los propios estudiantes, enzarzados en saludables debates de los cuales incluso los ponentes sacaron provecho, plantearon que el sistema de evaluación del profesorado era erróneo y no buscaba que los maestros encontraran su motivación, y que las personas no pueden visualizar la sociedad en su conjunto porque se centran en su propia vida.
Los ponentes, en su afán de aportar luz a las sombras que al debate pudiesen asomar, sentaron que es importante plantear sólidamente los argumentos, formarse y tener miedo de tener miedo (J.A. Obarrio) y que la realidad, al ser “poliédrica” permite que existan muchas perspectivas distintas para un mismo planteamiento, y eso siempre nos enriquece.
En conclusión, fue una experiencia que marcó y quizá alteró las estructuras mentales de todos los asistentes. Esperamos que las próximas Cañas Políticas igualen o superen a todo lo que se ha vivido en las últimas de 2015.