«Benedicto se incomodaría al ver su nombre invocado como argumento de autoridad, en materia de discurso político. El cristianismo -explicaba-contrariamente a otras grandes religiones, nunca ha impuesto al Estado un derecho revelado, un ordenamiento derivado de una revelación. En cambio, se ha remitido a la naturaleza v a la razón como verdaderas fuentes del derecho»